miércoles, 8 de febrero de 2012

APRENDIENDO UN POCO DE NADA



Estuve hoy, martes en clase de filosofía con un grupo en particular, no voy a decir cual pero no es undécimo y no es es décimo a, en fin en este grupo abordamos conceptos de filosofía antigua , especialmente sobre los filósofos presocráticos.

Y algunos estudiantes, entre ellos los mas sensatos afirmaban que la clase de filosofía - la clase feliz- aporta mucho para cada una de sus vidas, pero yo les pregunto, ¿para qué?

Espero me respondan y que en verdad les sirva.

Dejo a consideración el siguiente relato:

Preocupado por los altos costos operativos, el gerente de una empresa greco-italiana contrató los servicios de un asesor externo. Era un experto en recursos humanos y debía identificar a todos los empleados perezosos para proceder a despedirlos de inmediato, con el fin de reducir los gastos en el pago de la nómina.

El especialista se puso de inmediato manos a la obra. Durante varios días recorrió incansablemente los diez pisos del edificio en que se alojaba la empresa. Observó detenidamente diversos procesos laborales, revisó documentos y entrevistó a numerosos capataces y trabajadores. Finalmente, se sintió preparado para presentar su informe final.

Compareció ante la directiva de la empresa en pleno y les habló de la siguiente manera:

--He realizado una investigación exhaustiva, y quiero brindarles mi informe.

--Estoy ansioso de oírlo—respondió el propietario-gerente.

--Pues bien: les diré que todos los empleados desquitan perfectamente su sueldo, menos un señor que está en el último piso.

--Te refieres al profesor Vermilloni.

-- Sí. --¿Qué tienes en contra de él-- Ese hombre no hace nada. Su principal diversión es pararse junto a la ventana con la vista perdida en el horizonte, o bien se dedica a leer el periódico, mientras todos los demás están trabajando. Y cuando no está haciendo eso, se mantiene con los pies sobre el escritorio, semidormido y con los brazos cruzados sobre su abultada barriga.

--¡Ja, ja, ja!
-- ¿De qué se ríen? Ustedes pidieron mi experto consejo en la materia y yo me he concentrado en…
-- Ese hombre, ahí donde lo ves, con el pelo entrecano y sus gruesos anteojos de carey, es uno de los científicos más respetados del Instituto. Lo que siempre contempla a través de la ventana es el edificio de la Bolsa. Y los diarios que lee son principalmente el Financial Times y el Wall Street Journal. Es nuestro asesor financiero. Envuelto en el espeso humo de su pipa, él logra virtualmente leer el futuro, y nos preserva de caer en la insolvencia. ¡Él vale su peso en oro y no hay que tocarlo por nada del mundo!

Por un momento, el asesor se sintió desconcertado, y no supo qué decir. Luego, como era un hombre de muchos recursos, optó por secarse la frente con su blanco pañuelo, recuperó su compostura, carraspeó levemente, y levantando la voz, dijo:

--- En ese caso… En ese caso… ¡que le manden a limpiar la ventana de inmediato!

Que piensan ustedes de esto, no es verdad que las apariencias nos engañan? que los sentidos continuamente nos engañan?

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